sábado, 21 de junio de 2014

Navia Asturias


Navia

La villa de Navia se asienta en la margen derecha de la ría homónima a una altitud media de 16 m. El topónimo de Navia corresponde a una de las principales divinidades celtas, particularmente asociada al culto  de las aguas.





En Navia, y hacia el 4000 a. de C., vivía un grupo nativo, sedentario, que conocía el fuego y levantaba interesantes monumentos de piedra. Hacia el año 600 a. de C. apareció el pueblo celta, que convivió con los indígenas, a los que acabó imponiendo su cultura. Surgió entonces el agrupamiento humano de los castros, de los que quedan importantes testimonios arqueológicos en varios lugares, Coaña y Arancedo, entre ellos. Este pueblo convive, probablemente en condiciones de semiesclavitud, con las fuerzas romanas allí radicadas para guarnición y explotación de minerales.
En el alto medievo hay frecuentes donaciones reales en favor de la Iglesia ovetense de templos, monasterios y lugares emplazados en estas tierras. La primera noticia documentada que se tiene es del 926: el infante Ramiro, que se autoproclama rey, da a dicha Iglesia varios bienes en Navia y Andés.
En el XII también corre común suerte a todo el territorio comprendido entre los ríos Navia y Eo: Alfonso VII lo cede al obispo de Oviedo para limar los desacuerdos referidos a posesiones entre éste y el de Lugo. Los vecinos se rebelan contra esta decisión, a pesar de que en 1313 la Mitra ovetense les concede Fuero similar al de Benavente, para calmarlos. Pero, ya en 1383, Navia había sido separada de aquel territorio, pasando a formar parte del señorío de Pierre de Villaines, apodado El Basco, junto con Ribadeo, por donación de Enrique II. Los vecinos de Navia logran la compra del concejo en 1551, durante el reinado de Carlos I, quedando el concejo libre e integrado en la Corona. Los distritos de San Salvador de la Montaña y Villayón se emancipan en 1851 y 1869, respectivamente. El área municipal primitiva pasó de 231 km2 a los 62 actuales, a consecuencia de estos desgajamientos.
En el s. XVIII hubo un cierto dominio de las casas señoriales, fenómeno que se dio en casi toda Asturias.
Durante la invasión francesa de 1808 el naviego Pérez Villamil, natural de Puerto de Vega, redactó la proclama de Móstoles, que contribuyó al levantamiento del pueblo madrileño contra la presencia de las intrusas tropas de Napoleón, teniendo eco y generalizándose en el resto de España. El ejército francés invadió este territorio en mayo de 1809 y en 1810.




  La ría de Navia abre un espacio poco frecuentado turísticamente donde el intenso verde choca con las crecidas olas del Cantábrico.
Es precisamente en ese espacio donde discurre un espectacular sendero que recorre la costa asturiana occidental. Este camino une la playa de Barayo con la población de Navia en un recorrido de unos 20 kilómetros siguiendo la costa salvaje.
Son pocos los que conocen la Senda Costera de la Asturias occidental y ese, sin lugar a dudas, es uno de sus encantos principales. El recorrido se despeja en contadas ocasiones durante el año y habitualmente son los mismos usuarios quienes abren camino entre el verde de su recorrido.

Pero la tierra naviega es mucho más…
Conjuga la tradición castreña con la histórica y marinera de la villa monumental de Puerto de Vega, cuna de ilustres y lugar mortuorio de personajes de gran trascendencia como Gaspar Melchor de Jovellanos. Navia es industria láctea,campo, astilleros, pesca, rula, y postres únicos como el requesón con miel o la venera. En definitiva, Navia es un continuo descubrimiento, incluso literario, pues Ramón de Campoamor es uno de los ilustres nacidos en la capital del municipio 

El paseo marítimo de Navia es una pasarela, imitando el casco de un barco, que va siguiendo la desembocadura de la Ría de Navia hasta llegar a la playa. Dan continuidad al paseo, los senderos existentes en el entorno de La Poza, una especie de lago que se alimenta de las filtraciones de agua salada procedentes de la Ría.
Un río marca su vida, el Navia, que desemboca en forma de poderosa ría en la capital del municipio, la villa de Navia, un apacible lugar en el que se come estupendamente, y donde se pueden practicar todo tipo de deportes náuticos gracias no solo a su ría sino a su playa, así que el surf o el piragüismoson estampas habituales. 




Aunque en materia deportiva lo que realmente pone a Navia y su concejo en el mapa internacional es el Descenso a Nado de la ría de Navia, prueba que cuenta con gran tradición.