sábado, 12 de diciembre de 2015

Cangas del Narcea Parador Monasterio de Corias

Parador Monasterio de San Juan Bautista (Corias)


Entre los siglos XII y XIII alcanzó su máximo esplendor, llegando a poseer tierras en la mayor parte del occidente de Asturias e incluso de la vecina provincia de León.





El Parador se asienta íntegramente en las instalaciones del Monasterio. En la planta sótano nos encontramos con restos arqueológicos de la primera construcción y se ha museizado toda esta parte para deleite de sus clientes. Desde las ventanas de sus confortables habitaciones se disponen las mejores vistas al entorno natural de Asturias.





Declarado Monumento Histórico- Artístico Nacional, el interior cuenta con el confort de un edificio contemporáneo además de una piscina lúdica (spa), cabinas de diferentes tratamientos y gimnasio.



El monasterio de San Juan Bautista de Corias, también conocido como el Escorial Asturiano, es un complejo monumental que se encuentra en la localidad asturiana de Corias, en el concejo de Cangas del Narcea (España). Está situado en la margen derecha del río Narcea.

Actualmente, el monasterio ha sido rehabilitado como Parador Nacional.



Claustro

uno de los cenobios más importantes de Astuiras durante siglos, hoy convertido en un establecimiento hotelero dentro de la red de Paradores Nacionales. Se trata, del monasterio benedictino de San Juan Bautista de Corias, muy próximo a la población de Cangas del Narcea, capital del municipio del mismo nombre.


Claustro




una pareja de nobles, Aldonza y Piniolo, fueron los fundadores del mismo en un proceso llevado a cabo entre 1031 y 1044, quienes colocarán al frente del mismo a un pariente suyo que terminaría por ser obispo de Oviedo, Arias Cromaz. La fundación de este establecimiento trajo consigo la introducción en la zona, del cultivo de la vid del que hoy en día se siguen obteniendo unos caldos francamente apreciables, tanto en la variedad de tinto como de blanco.


Claustro




El cenobio benedictino llegó a convertirse en uno de los más importantes de la región, tanto por la donación inicial de los condes consistente en otros ocho monasterios, cuatro iglesias y treinta villas, completadas por compras sucesivas por tierras de Allande, Cangas del Narcea y Tineo, llegando hasta el Cantábrico por el norte y León por el sur.









En 1763 el monasterio sufrió un pavoroso incendio que provocó la destrucción de la práctica totalidad de sus instalaciones, a excepción de la iglesia. Las obras de reconstrucción modificaron el aspecto de un monasterio románico para convertirlo en la mejor obra neoclásica de Asturias y una de las más destacadas de todo el norte peninsular. Un estilo neoclásico que había llegado a España de la dinastía francesa de los Borbones en la persona de Felipe V, que se rodeó de artistas franceses e italianos que traían consigo ese estilo nacido como reacción a los excesos del barroco. El arquitecto responsable del nuevo diseño del monasterio fue Miguel Ferro Caaveiro.








Básicamente se trata de recuperar el antiguo esplendor de la arquitectura clásica grecorromana, a través de una pureza en las líneas arquitectónicas, la simetría y las proporciones sujetas a la matemática, para dar protagonismo a los componentes puramente arquitectónicos por encima de lo decorativo, y el uso de elementos de la arquitectura clásica como columnas, los órdenes dórico y jónico, frontones, bóvedas, cúpulas.



Monasterio de Corias Vista de una de las entradas al monasterio



Monasterio de Corias Vista de una de las entradas al monasterio




Elementos todos ellos muy visibles en el cenobio que nos ocupa, con un exterior en forma de bloque prismático, con un tratamiento individual de las fachadas, pero sin perder la rígida ordenación vertical y horizontal de sus elementos, y dos patios interiores, uno de servicio y el otro concebido como claustro propiamente dicho. El material utilizado es mármol blando de las canteras de Rengos (Cangas del Narcea)







Así la iglesia es un buen ejemplo de todo esto, con un espacio interior claramente direccional, para que la atención del fiel se fije desde que cruza el umbral en el magnífico retablo, en el que además de la efigie del santo patrón del monasterio, se pueden ver relieves sobre la fundación del monasterio, además de estar flanqueado por sendos cenotafios. Uno de los condes fundadores del centro eclesiástico y otro que indica la presencia de los restos del monarca del Reino de Asturias, Bermudo I el Diácono, sepultura discutida ya que otra tradición documental indica que el rey estaría enterrado en la Catedral de Oviedo, disputa hoy por hoy imposible de resolver.



Interior de la Iglesia conventual




Una iglesia que mantiene un sistema de proporciones armónicas y un sistema de fuentes de luz natural que permite una perfecta iluminación de un interior en el que además del retablo y varias capillas laterales, alberga una talla policromada de un Cristo crucificado del siglo XII.



San Juan de Corias  Cristo románico (siglo XII)



Vista del retablo 






Detalle del retablo



En el siglo XIX el monasterio fue afectado por la desamortización provocando la exclaustración de los benedictinos, quienes fueron sustituidos, poco después, por los dominicos, frailes que en 1954 convirtieron las instalaciones monásticas en un centro de estudios en régimen de internado tanto de enseñanza secundaria como técnica.



Cúpula sobre pechinas y rematada en linterna




En el siglo XXI con las obras destinadas a adaptar el edificio a una nueva función hotelera, se descubrieron los restos de la primitiva iglesia conventual, un edificio románico con cabecera con tres ábsides, el central más ancho y profundo que los laterales. Se trataba de una iglesia de grandes dimensiones, planta de cruz latina, nave única, transepto marcado, y construida entre el 1031 y el 1043. A esta primera iglesia se uniría otra levantada en el siglo XII.



 Enterramiento de los condes Aldonza y Piniolo



Fue fundado en 1032 gracias a los esfuerzos de los condes Piniolo Jiménez y Aldonza Muñoz y pasó a ser ocupado por monjes benedictinos.


Arias Cromaz familiar de Piniolo Jiménez y Aldonza Muñoz fue el primer abad del monasterio quien lo gobernó durante diecinueve años antes de convertirse en obispo de Oviedo

Entre los siglos XII y XIII alcanzó su máximo esplendor, llegando a poseer tierras en la mayor parte del occidente de Asturias e incluso de la vecina provincia de León.

A lo largo de los siguientes siglos fue sufriendo diversas modificaciones y añadidos. En 1773 tuvo que ser reconstruido en su mayor parte debido a que sufrió un grave incendio en el que solo quedó en pie la iglesia. Las obras, dirigidas por Miguel Ferro, dispusieron las dependencias del edificio, de estilo neoclásico y planta rectangular, alrededor de dos patios, con la iglesia situada en uno de sus laterales.

El monasterio fue rehabilitado como Parador Nacional.





Fachada exterior


Se trata de un antiguo monasterio benedictino que fue fundado por un importante personaje de la corte, el conde Piniolo Jiménez y su esposa Aldonza Muñoz. Se supone que por la falta de descendientes vivos, los condes tomaron la determinación de fundar este monasterio que dotaron con sus cuantiosos bienes, más adelante se atribuyó un origen milagroso a la narración de aquella fundación. También intervino el rey Bermudo III de León, quien hizo donación a los fundadores del territorio donde se levantaría más adelante el monasterio.

fachada exterior

El 1043 ya se habría levantado una iglesia provisional, y se designó al abad Arias para ponerse al frente de la comunidad ya constituida, más adelante se levantaría una nueva iglesia. A pesar de la oposición y las diferencias con otros organismos y centros de poder, el monasterio de Corias se convirtió en un establecimiento de considerable importancia, los conflictos fueron importantes e incluso el año 1211 intervino el papa Inocencio III. Las cosas se agravaron en los siglos XIII y XIV, con actuaciones contrarias a la observancia monástica que le sería propia. Una visita episcopal del 1380 deja ver ese estado de cosas. De este lugar dependía el priorato de San Miguel de Bárcena, fundado con anterioridad a este por la misma familia.


fachada exterior

En 1536 el monasterio había entrado a formar parte de la Congregación de San Benito de Valladolid lo que daría paso a una nueva etapa de prosperidad que se reflejó en la reconstrucción del monasterio a finales del siglo XVI. En 1763 el lugar resultó muy afectado por un incendio y se tuvo que reconstruir entre el 1774 y 1808. La comunidad benedictina llegó a su fin con la desamortización de 1835, cuando los benedictinos lo abandonaron, el lugar tuvo varias utilidades hasta que en 1860 pasó a manos de una comunidad de dominicos. Más recientemente, en 2002, la gran casa monástica fue adquirida por el gobierno del Principado con el fin de convertirlo en establecimiento hotelero mientras que la iglesia continúa a cargo de los dominicos. Actualmente (2012) él lugar se encuentra en proceso de rehabilitación. 








Fue fundado en 1032 gracias a los esfuerzos de los condes Piniolo Jiménez y Aldonza Muñoz y pasó a ser ocupado por monjes benedictinos.

Arias Cromaz familiar de Piniolo Jiménez y Aldonza Muñoz fue el primer abad del monasterio quien lo gobernó durante diecinueve años antes de convertirse en obispo de Oviedo

Entre los siglos XII y XIII alcanzó su máximo esplendor, llegando a poseer tierras en la mayor parte del occidente de Asturias e incluso de la vecina provincia de León.

A lo largo de los siguientes siglos fue sufriendo diversas modificaciones y añadidos. En 1773 tuvo que ser reconstruido en su mayor parte debido a que sufrió un grave incendio en el que solo quedó en pie la iglesia. Las obras, dirigidas por Miguel Ferro, dispusieron las dependencias del edificio, de estilo neoclásico y planta rectangular, alrededor de dos patios, con la iglesia situada en uno de sus laterales.

El monasterio fue rehabilitado como Parador Nacional.







Ubicado en un impresionante monasterio benedictino fundado en 1032, declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional, conocido como El Escorial Asturiano. 
Sus sótanos son un precioso museo donde ver los restos arqueológicos de la primera construcción, que data de principios de siglo XI.
Desde sus habitaciones se puede disfrutar de las vistas al paisaje montañoso y al río Narcea.
La villa de Cangas de Narcea, a 2 km del Parador, salpicada de bellas iglesias, palacios y casonas. Algunos lugares con encanto son la Basílica de Santa María Magdalena, el Palacio de Omaña, el Palacio de Toreno o el Santuario de la Virgen del Acebo.











La biblioteca impresiona por sus enormes estanterías en madera maciza y por el conjunto de luminarias que cuelgan sobre las mesas centrales. Probablemente os estaréis preguntando, ¿Dónde están los libros? Pues han preferido dejarlas sin libros, a fin de que los propios visitantes vayan rellenándolas poco a poco con donaciones y libros de su interés.


Biblioteca


















Parador Nacional Monasterio de Corias Interior


Reflejo de la naturaleza, el entorno y los edificios emblemáticos de este lugar. El Monasterio de Corias se construyó en el año 1032 por los benedictinos. El parador es tiene seña de identidad pues tenemos la estructura y arquitectura clásica del monasterio mezclado con un estilo moderno que mantiene elementos importantes de la historia de Asturias en sus paredes, en algunos pasillos tienes la sensación de caminar por una mina.


Parador Nacional Monasterio de Corias Interior


Las líneas rectas, el juego de luces, la sencillez de lo humano, el acogedor del recogimiento, el relax del monasterio en cada rincón, en cada pasillo




Parador Nacional Monasterio de Corias Interior "Pasillo"



La belleza en cada rincón, cada detalle, uno de esos sitios donde se detiene el tiempo, la escalera al relax, al descanso, a la meditación dentro del monasterio, la subida a un nivel superior


Parador Nacional Monasterio de Corias Interior "Escalera"



El resultado de la remodelación y reestructuración de este Parador situado en el Monasterio de Corias ha resultado un rotundo éxito. Mantiene la filosofía de los Paradores de situarse en lugares emblemáticos pero este lavado de cara, le convierte en un parador mucho más moderno, tanto en los espacios como en la decoración. Prueba de ello son las habitaciones, mucho menos recargadas, pero muy elegantes y cómodas o el Spa situado en sus bodegas. El restaurante también ha aprovechado la localización en el interior del Claustro para reivindicarse como una buena opción para comer llevando los platos de la zona a un nuevo lugar de alta cocina.



Parador Nacional Monasterio de Corias Interior




Parador Nacional Monasterio de Corias claustro Interior


El entorno es igualmente precioso, en Cangas de Narcea, situado además junto a una Bodega de vinos Asturianos, Monasterio de Corias. Realmente la bodega estaba situada originalmente en el monasterio, pero se la llevaron a las antiguas caballerizas cuando se planteo el proyecto de convertirlo en un Parador.


Parador Nacional Monasterio de Corias claustro Interior



Monasterio de diseño


El Monasterio San Juan Bautista de Corias es el último de los paradores que abrió sus puertas en julio de 2013 -inaugurado por su Majestad la Reina Doña Sofía- después de varios años de remodelación y reformas que han tardado más de lo habitual tras el descubrimiento de restos arqueológicos en sus entrañas. El resultado es es-pec-ta-cu-lar. Un diez para el encargado de la obra así como el gusto de los decoradores que han seguido la máxima: tradición y modernidad que tanto encaja con la filosofía de los gestores de Paradores de Turismo.




Parador Nacional Monasterio de Corias claustro Interior


El Parador de Corias, antiguo convento dominico en el que todavía viven cuatro frailes, tiene en su sótano un spa para probar un circuito relajante, masajes, piscina con circuito de agua, sauna, baño turco... y justo al lado, a modo de museo, se pueden visitar los restos de lo que fue la iglesia del monasterio primigenio.



Parador Nacional Monasterio de Corias Interior


Muchos pensarán que este tipo de alojamiento está lejos de lo que puede pagar su bolsillo, sin embargo, el precio de una habitación doble según la temporada puede rondar entre 70 y 100 euros. La calidad de la cocina del restaurante, su carta, sus platos y la decoración del espacio me pareció muy original. El buffet de desayuno personalmente un poco justo para lo que ofertan otros hoteles.




Parador Nacional Monasterio de Corias Interior



El único pero que le pongo es que la conexión a internet -a pesar de que te proporcionan un router portátil que se enchufa a la toma de red- va a pedales, lento, lento y desesperante. Creo que no es aceptable en el siglo XXI una conexión así. También es cierto que puede ser una buena forma de "desconectar" por completo y vivir la experiencia lejos de redes sociales y mails de trabajo.




Parador Nacional Monasterio de Corias Interior




Parador Nacional Monasterio de Corias Interior




Ruinas de la Iglesia fundacional del s.xi con sarcófago incluido en el sótano del parador nacional


Fotografía de los restos medievales situados en el sótano del Parador en los cuales se descubre las ruinas de la Iglesia fundacional del s.XI con sarcófago incluido



Sepultura del rey Bermudo I de Asturias

Existe controversia entre los historiadores sobre el paradero de los restos del rey Bermudo I «el Diácono», rey de Asturias, pues mientras que algunos señalan que sus restos descansan en la capilla del Rey Casto de la catedral de Oviedo, otros manifiestan que se encuentran en el monasterio de San Juan Bautista de Corias. Según refiere el cronista Ambrosio de Morales, Bermudo I fue sepultado en la ermita de Ciella, junto con su esposa, la reina Uzenda Nunilona, y su hija, la infanta Cristina, y sus restos mortales permanecieron allí hasta que Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León, ordenó trasladarlos al monasterio de San Juan Bautista de Corias. Allí fueron colocados los restos de los tres nobles, frente al altar de San Martín, en el interior de tres arcos de piedra, sobre los que fue colocado el siguiente epitafio, desaparecido en la actualidad:


SEPVLCHRVM REGIS VEREMVUNDI ET VXORIS DOMINAE OZENDAE, ET INFANTISSAE DOMINAE CHRISTINAE. TRANSLATI A CIELLA.

No obstante lo anterior, la Primera Crónica General señala que el rey Bermudo I el Diácono fue sepultado en Oviedo junto con su esposa, la reina Uzenda Nunilona, lo que vendría a confirmar la hipótesis de que el rey fue sepultado en la capilla del rey Casto de la Catedral de Oviedo.a No obstante, debido a la remodelación que sufrió la capilla del Rey Casto de la Catedral de Oviedo a comienzos del siglo XVIII, resultaría imposible en la actualidad la identificación e individualización de los restos mortales del rey Bermudo I, que se cuenta entre los allí sepultados.


"Vinos Monasterio de Corias, Viticultura Heróica"


Historia

Existe presencia documentada del cultivo de vid en la zona desde hace siglos. El Monasterio de San Juan Bautista de Corias, magnífico edificio de fundación benedictina en el siglo XI , actualmente Parador Nacional, está unida desde sus inicios al cultivo de la vid y a su desarrollo en la comarca y no solo el cultivo era importante, la elaboración de vino daba forma al trabajo desarrollado con paciencia por los monjes en el viñedo que lo rodeaba..




En este entorno, dentro de la finca que encierra el Monasterio, con sus viñedos recuperados, la bodega vuelve con modernas instalaciones, pero con la paciencia y el buen hacer que los monjes supieron darle al cultivo de la vid y a la elaboración de vinos.

Pequeñas parcelas, variedades únicas, viticultores esforzados en el cultivo de la vid desde hace siglos, conforman un paisaje vitivinícola muy especial que, ha sabido mantenerse y adaptarse a los nuevos tiempos.




El Entorno

En el extremo Sur occidental de Asturias se encuentra el concejo de Cangas del Narcea, en el se concentra el mayor patrimonio vitivinícola de la Región, mantenido durante siglos por esforzados viticultores.

Valles angostos, esculpidos durante milenios por el Río Narcea, donde los vientos, después de un largo camino desde el Mar, se encuentran con las cumbres de la Cordillera Cantábrica, lo que confiere a la zona un microclima especial, con más horas de sol y una pluviometría más moderada que el resto de la Región.




Los viejos viñedos, en una zona de viticultura de montaña, sobre escarpadas laderas de fuertes pendientes, suelos de antiguas pizarras donde se asientan las centenarias cepas, logrando un paisaje único.










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