martes, 28 de junio de 2016

EL SALTO DE SALIME (ASTURIAS)

Salto y Central hidroeléctrica de Grandas de Salime

Titánica obra constructiva que constituye uno de los mejores exponentes del patrimonio industrial del agua en Asturias




Los orígenes de la construcción del salto de Salime se remontan a un acuerdo entre las empresas Electra de Viesgo e Hidroeléctrica del Cantábrico, que en el año 1945 deciden proceder conjuntamente al aprovechamiento del tramo superior del río Navia, emprendiendo una obra pionera en lo referente a tecnología y diseño.

Éste último corrió a cargo de un equipo de ingenieros de Hidroeléctrica del Cantábrico, que tuvieron que salvar no pocos 'escollos' constructivos, y la 'guinda' artística la puso el arquitecto asturiano Joaquín Vaquero Palacios, en colaboración con su hijo, Joaquín Vaquero Turcios. Ambos integraron magistralmente el arte en esta imponente obra industrial, y su trabajo pictórico fue pionero, convirtiendo así una Central Hidroeléctrica en una inusual 'galería de arte'.



El Salto de Salime lo constituyen la presa y embalse, y la central del mismo nombre, y está situado, como se ha indicado anteriormente, en el Suroccidente del Principado de Asturias, en el río Navia. Las obras del salto se iniciaron en el año 1946 y aunque finalizado en el año 1955, el Acta de reconocimiento final y puesta en marcha tiene fecha del 1 de marzo de 1957. No obstante, el primer grupo generador comenzó a producir electricidad en el mes de diciembre de 1953, otros dos más comenzaron su explotación en 1954 y, el último, en 1955. El proyecto se debe a la oficina técnica del antiguo Banco Urquijo, dirigida por el entonces catedrático de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, D. Enrique Becerril y Antón-Miralles.





Es el segundo salto, cronológicamente hablando, construido en el río Navia, tras el de Doiras, construyéndose posteriormente el de Arbón. Se describen a continuación los tres elementos principales del salto: presa, embalse y central.





















La presa es del tipo gravedad, de planta curva, con radio de 400 m. Sus principales características son:

Longitud coronación 250,00 m
Ancho de coronación 9,00 m
Cota de coronación 225,67 msnm
Cota umbral aliviadero 218,00 msnm
Altura sobre cimientos 128,00 m
Talud de aguas arriba (pendiente) 5 %
Talud de aguas abajo (pendiente) 72 %
Volumen de excavación 156.000 m³
Volumen de hormigón 645.000 m³















El embalse, el mayor de Asturias, ocupa una superficie de 685 ha, incluyendo terrenos de los concejos de Grandas de Salime, Allande e Ibias, en Asturias, y de Negueira de Muñiz y Fonsagrada, en Lugo, Galicia. Su aprovechamiento es hidroeléctrico, aunque periódicamente se plantean proyectos tanto para actividades económicas (piscifactorías,…etc.) como recreativas (embarcaderos,…etc). Sus principales datos son:
Superficie de la cuenca 1.805 km²
Caudal medio anual 49,36 m³/s
Aportación media anual 1.588 hm³
Cota máximo nivel normal (MEN) 224,50 msnm
Cota máximo nivel extraordinario (MEE) 225,50 msnm
Cota mínimo nivel de explotación 172,50 msnm
Cota lecho embalse a pie de presa 111,00 msnm
Volumen total embalse entre 111,00-224,50 265,60 hm³
Volumen útil embalse entre 172,50-224,50 239,50 hm³
Volumen regulado por compuertas, entre las cotas 218,00 y 224,50 50,24 hm³
Volumen de laminación de la avenida máxima entre 218,00 y 225,50 58,30 hm³




El Salto de Salime fue en su día la presa más alta de España, en su construcción se batieron "records" en muchas facetas, como la colocación de hormigón, que tardaría muchos años en ser superado; más de 4.000 toneladas en un solo día. 630.000 metros cúbicos se necesitaron para hacer este gigante de 134 metros de altura, el más alto de Europa en aquel momento, con un radio de 400 metros en su coronación.















Es de destacar la huella artística dejada en la central y la presa por los arquitectos y artistas Joaquín Vaquero Palacios y Joaquín Vaquero Turcios, padre e hijo respectivamente, cuyos diseños, elementos decorativos, bajorrelieves y murales, sobre todo el gran mural de la sala de turbinas, enriquecen sobremanera y hacen especial esta central.






la Virgen de la Luz, veneración relacionada con la producción eléctrica, otro gran símbolo del Salto de Salime, que cuanto más se osbserva, a él y a su entorno, más emoción se siente...











La central es una central hidroeléctrica del tipo “pie de presa”, con una singularidad que la distingue del resto: está situada bajo el aliviadero de la presa.

Cuenta con 4 grupos generadores de 40 MW cada uno después de su reciente modernización, lo que se traduce en una potencia total de 160 MW y una energía producida en año medio de unos 300 GWh.

Las turbinas son del tipo Francis de eje vertical, con un salto nominal de 105 m y un caudal conjunto de 170 m³/s. La energía eléctrica generada se evacúa a través de una LAT Doble Circuito de 132 kV hasta la SE de Corredoria (Oviedo), aunque está previsto a corto plazo unirse a la LAT de 400 kV de REE que se está construyendo entre Galicia y Asturias. Para ello se están finalizando las subestaciones y líneas necesarias, principalmente la SE de Sanzo 132/400 kV y la propia de REE, denominada SE de Pesoz 400 kV, situadas ambas en las cercanías de la central, así como las líneas de evacuación LAT 132 kV Salime – Sanzo 1 y 2.

Se construyó para la producción de energía eléctrica, satisfaciendo a través de sus líneas la demanda en Asturias y otras comunidades.























La historia arrancó por los años cuarenta del siglo XX, en plena posguerra. Era el año 1945 cuando dos empresas, Hidroeléctrica del Cantábrico y Electra del Viesgo, constituyen una comunidad de bienes para la construcción de dos embalses en El Río Navia, uno en Riodeporcos, Ibias, que no llegó a materializarse (aunque de cuando en cuando alguien saca el proyecto del cajón), y otro este de Salime.




En 1946 empiezan los trabajos para abrir nuevos accesos al lugar en el que se proyecta el embalse, antes aislado en un paraje montañoso, con un nuevo trazado para la carretera de Allande a Grandas y a A Fonsagrada. Trabajarían durante varios años más de 3.000 personas, habiendo de ser edificados para ellos y sus familias varios poblados, el primero el de A Paicega con doce pabellones, luego El Camín con seis pabellones de dos pisos, economato, panadería, peluquería, almacenes, cuartel, cantina, iglesia y escuela. A pie de presa se levantó el de Eritaña y en la carretera de Grandas el de Vistalegre (por sus buenas vistas), llegando gente de toda España.




Para transporte de los materiales desde el puerto de Navia se trazó un teleférico de 36 kilómetros (el más largo de Europa entonces y uno de los mayores del mundo). El embalse influyó en el desarrollo económico y social de la comarca, sobre todo con las nuevas comunicaciones, pero también queda el triste recuerdo de los muchos pueblos que desaparecieron, junto con 1.995 fincas, con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales, 14.051 cepas de viña, ocho puentes, cinco iglesias, varias capillas, cuatro cementerios y varias carreteras y caminos.











Otros lugares, como Vilarpedre, Barcala o San Pedro de Ernes no llegaron a desaparecer pero la concesión obligó a mantener la comunicación de los vecinos con una lancha que surca las aguas varias veces al día.



En medio de un frenesí indescriptible de cientos y cientos de personas trabajando a la vez, inmensos bloques de hormigón empezaron a levantarse a lo alto como rascacielos, ni siquiera había andamios metálicos, hubo que hacer de madera los castilletes de las obras y comprar decenas de parejas de bueyes muy fuertes y muy grandes, que arrastrasen los troncos de árboles altísimos para poder construirlos.




Maquinaria poca, casi todo "a mano". Tuvieron que desviar el río, dejar seco su cauce para poder trabajar, habiendo de excavarse un largo túnel y revestirlo de hormigón. El cemento se fabricaba "in situ", por lo que se erigieron silos y tolvas, muchos de los cuales aún pueden verse, desparramados como hemos dicho por las aristas de la montaña, así como almacenes, planos inclinados y muchas instalaciones más. Lo que es propiamente la presa con su central no empezaría a componerse hasta tener bien preparada la base, transcurriendo esas obras de 1948 a 1953. Parecía una quimera, más con el aislamiento y embargo de las Naciones Unidas a la dictadura franquista, pero hubo algunos episodios poco conocidos que la hicieron posible, entre ellos el suministro en secreto por parte de Inglaterra de turbinas y generadores para energía eléctrica.



En 1953 la escritora Dolores Medio visitó las obras como enviada del periódico El Español, publicando sus impresiones para tan fabulosa obra, verdadero reto en una época difícil, pero también una innovación, al unir ingeniería y arte. A la entrada de la propia central se encuentra un relieve que muestra todo el proceso de producción de energía eléctrica, obra de Joaquín Vaquero Palacios. Su hijo, el también arquitecto y pintor Joaquín Vaquero Turcios, fue el autor de los murales, restaurados por él mismo en el año 2003, al celebrarse el 50 aniversario de la inauguración. Y es que, en tiempos de penurias, aventurarse a juntar artistas e industria era insólito, pero dio tan buen resultado que la idea fue imitada tanto en España como en otros países, consiguiendo Vaquero Palacios la medalla de oro del Consejo de Arquitectos por estas realizaciones.



Dentro de la sala de turbinas, las pinturas de los murales de ocupan una superficie mayor que el cuadro del Juicio Final de Miguel Ángel. El artista llegó a subirse a la plataforma del puente-grúa cargado de botes de pintura y brochas, que le caían continuamente, mientras su ayudante Luis volvía a tirárselas arriba o a subírselas a dicha plataforma, que cimbreaba en el aire colgando de los cables, para gran sufrimiento y mareo del autor, que pintaría tras este numerosos murales más en todo el mundo. En este se explica toda la saga constructiva del Salto de Salime, desde la primera gota de agua hasta el río y el embalse, una inspiración heredada de su abuelo, Narciso Hernández Vaquero, que hizo la primer central eléctrica asturiana en Somiedo, siendo además quien planeó este pantano, a mediados de 1940. Narciso también está representado en los murales, en los que todo se muestra, hasta los trágicos accidentes sufridos durante su construcción, en los que la cifra de fallecidos, según las fuentes, varía entre los cien y los trescientos. Las pinturas tienen un añadido, fruto de la restauración: Vaquero Turcios pintó unas ménsulas dedicadas a Einstein, Plank, Freud y Picasso, que no podría haber hecho en su momento por ser contrarias a la ideología del régimen.























El embalse de Salime es un embalse español situado en el occidente del Principado de Asturias, sobre el cauce del río Navia. Fue inaugurado en el año 1954 y tiene una capacidad de 265,60hm3.

Constituye el tercer embalse construido en el río Navia, tras los de Arbón y Doiras respectivamente.

Su presa es de tipo gravedad y tiene 128 metros de altura. Se sitúa en la confluencia de los concejos de Pesoz,Allande y Grandas de Salime. La carretera AS-14 discurre sobre la presa.

La superficie ocupada por las aguas es de 685 ha, ocupando terrenos de los concejos de Grandas de Salime eIbias, en Asturias; y de Negueira de Muñiz, en Lugo, 
Su aprovechamiento es fundamentalmente hidroeléctrico, aunque se organizan también actividades lúdicas y recreativas.